Para comenzar tu viaje, sería ideal volar hasta el Aeropuerto Internacional de Heraclión en Creta. Haz un recorrido por la "cuna de la civilización minoica” y sorpréndete con una visita al Palacio de Cnosos. Es la ciudad más antigua de Europa y el emplazamiento arqueológico de la Edad de Bronce más grande de Creta. 

El Museo Arqueológico de Heraclión es un lugar que no debes dejar de visitar en Creta, así como el Antiguo Puerto Veneciano en Chania. También puedes encontrar varios restaurantes y bares aquí. Haz un viaje de un día con tu familia (o sin ella) para visitar el CretAquarium, el complejo de investigación marina más grande del Mediterráneo.

Con 3 millones de visitantes en el último año y una población de solo 10.000 habitantes, Santorini es un lugar muy popular. Con sus casas blancas y su impactante paisaje, las oportunidades para relajarse son innumerables. Visita la Galería Art Space, sal a probar vinos y haz una parada en el Museo Prehistórico de Tera, donde podrás ver una variedad de artefactos antiguos.

Zambúllete en aguas de un azul incomparable y disfruta la lujosa variedad de aguas termales y playas en un crucero de Caldera. Después de un largo día de esnórquel y admirar los paisajes hermosos, tómate un momento para apreciar el atardecer desde Oia, donde tanto turistas como residentes se reúnen a admirar la bruma dorada.

A Ios normalmente se le conoce por sus playas (¡sorpresa!), paisajes pintorescos y una vida nocturna que atrae a cientos de jóvenes turistas. Pero eso no quiere decir que no sea un lugar para los que no quieren salir a bares y a clubes.

La isla es un lugar excelente para relajarse lejos de las multitudes con sus senderos ondulantes en el casco antiguo y sus playas apartadas. Playa Manganari es especialmente un lugar que no debes dejar de visitar. Si viajas fuera de temporada, verás que Ios es un destino para familias y viajeros maduros con un encanto que ofrece lo mejor de ambos mundos.

Paros tiene un poco de todo: poblados con casas pintadas de blanco, iglesias con cúpulas azules, ciudades turísticas de moda y puertos pesqueros. La Isla de Paros es básicamente Míkonos pero sin tanto movimiento y a un precio más bajo, es ideal por ser cosmopolita y tener una vibrante vida nocturna.

No importa qué estés buscando, sin duda lo encontrarás entre caminatas por el Parque de Paros o mientras disfrutas alguna de las tantas actividades para hacer, desde windsurf hasta esnórquel en sus aguas color esmeralda. Si te gusta la historia y la arquitectura, la iglesia de Panagia Ekatontapiliani (literalmente, la Iglesia de las Cien Puertas), a pocos metros del puerto de Parikia, en la capital de Paros, es uno de los monumentos mejor conservados en Grecia.

Puede que estés ya casi de regreso a casa, pero aquí no es donde se terminan la diversión ni los juegos. Hay mucho que ver y hacer en Atenas en sus últimos días. Visita la Acrópolis, el emplazamiento antiguo más importante del mundo occidental, y maravíllate con el Templo del Partenón que se construyó para la patrona de la ciudad, la diosa Atenea.

Camina por el vecindario de Plaka y ve una película en el Cine París, el primer cine al aire libre de Atenas. Si quieres ver algo más de historia, visita la zona del Cerámico, el antiguo barrio de alfareros que es un paraíso para los arqueólogos.