Siete playas europeas fuera de lo común

Croacia se ha convertido en uno de los principales destinos de playa en Europa y, con semejantes costas, esto no es ninguna sorpresa. Si bien Dubrovnik y Split reciben la mayor atención de los turistas, la parte norte de la costa Dálmata cuenta con hermosas playas poco concurridas. La playa de Sakarun es realmente un ejemplo de lo impresionantes que pueden ser, con su arena blanca y agua turquesa. Ubicada en la isla Dugi Otok, a las afueras de Zadar, ahí encontrarás pintorescos paisajes prácticamente sin rastros de actividad humana. También hay un faro que ofrece una vista panorámica de toda la costa.

Las hermosas playas de Francia no se extienden únicamente a lo largo de la Riviera Francesa, como se puede comprobar claramente en la localidad costera de Le Grau-du-Roi. De hecho, incluso Ernest Hemingway quedó cautivado por ella, describiéndola como un "hermoso lugar con una extensa playa y magníficos lugares de pesca". Hoy en día, se puede pasar mucho tiempo en la misma ciudad, paseando por sus calles angostas o visitando Port Camargue para ver algunos yates impresionantes. Por supuesto, las playas de dunas son lo más destacado de la zona con su naturaleza salvaje y tranquilidad.

Las Islas Griegas son sin duda un paraíso playero en Europa, con numerosos lugares de aguas cristalinas de color turquesa. Si bien es cierto que reciben muchos turistas, algunas de estas islas suelen ser menos populares que Miconos, Santorini y Rodas, pero igual ofrecen magníficos paisajes. Una de ellas es Naxos, considerada una de las Islas Griegas menos apreciadas. Ahí se puede disfrutar de auténtica comida griega, playas vírgenes, excursiones por las montañas y también un poco de historia antigua. Aunque puede parecer como cualquier otra de las Islas Griegas, el hecho de ser más o menos desconocida, te permitirá disfrutar de su belleza prácticamente estando por tu cuenta.

Este pequeño resort ubicado en el talón de la península italiana se ha ganado la reputación de ser las "Maldivas europeas" y seguramente se lo merece. Tiene 17 kilómetros de hermosas playas frente a un archipiélago de islas que forman una bahía protegida, donde puedes encontrar varias especies interesantes de flora y fauna. Las actividades subacuáticas, por lo tanto, son realmente imprescindibles aquí si deseas ver diferentes formaciones de coral, tortugas, caballitos de mar y mucho más. La misma ciudad de Porto Cesareo tiene mucha cultura que ofrecer a los visitantes, incluido el evento anual Palio, que consiste en una competencia náutica única cuyo objetivo es seguir transmitiendo las tradiciones pesqueras y marineras de generación en generación.

Puede que Polonia no sea el primer país que te venga a la mente cuando piensas en una playa, y esa es solo una de las razones por las que tienes que ir a Sopot si quieres pasar un día relajado en la playa, sin cruzarte con demasiados turistas. La ciudad en sí tiene una hermosa arquitectura que ha sido cuidadosamente restaurada y hace que la excursión de un día sea aún más agradable. La playa, su principal atracción por supuesto, es el lugar donde hay que estar en verano, con cafés y restaurantes que ofrecen comida polaca asequible y deliciosa; bares de playa que durante el día se convierten en campos de voleibol y por la noche, se transforman en escenarios de baile; y el famoso muelle de madera que resulta ser el más largo de Europa.

Situado convenientemente cerca de Faro, pero lo suficientemente lejos como para no atraer a demasiados turistas, Carvoeiro, en la costa de Algarve tiene todo lo bueno de Portugal: playas pintorescas, comida exquisita, arquitectura interesante y un vino delicioso. La costa tiene muchas formaciones rocosas, con pequeñas playas vírgenes y muchas cuevas que explorar. Si eso no satisface tu espíritu aventurero, hay muchas oportunidades para probar tus habilidades con el surf. ¿Aún no te parece suficiente? Las 3.000 horas de sol al año de Carvoeiro harán que disfrutes al máximo independientemente de la temporada.

Mónsul, en la costa andaluza, fue nombrada “La mejor playa de España” por el propio Steven Spielberg cuando buscaba un lugar para rodar la escena de Indiana Jones en la que Henry Jones padre derriba un avión alemán ¡tan solo con su paraguas y una bandada de pájaros! Con hermosas rocas, numerosas cuevas, aguas cristalinas y muchas oportunidades para practicar esnórquel: es fácil entender por qué el famoso cineasta se enamoró de este lugar. Ahí no hay casi señales de actividad humana, lo que lo convierte en el sitio perfecto para poder relajarte y sumergirte en tus propios pensamientos mientras te dejas cautivar por el impresionante paisaje.